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04jun06
¿Cuál fue la relación de la DEA y la CIA con Los Pepes?.
Durante 10 años se ha especulado sobre los lazos que en 1993 estableció la CIA con Los Pepes para dar de baja a Pablo Escobar. Un grupo en Washington interpuso una demanda contra la agencia de inteligencia norteamericana para aclarar este oscuro capítulo de las relaciones Colombia-EE.UU.
Después de 10 años de especulaciones, por primera vez la Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) será llevada ante una corte judicial norteamericana, para que entregue los archivos clasificados sobre la relación que en 1993 estableció con el grupo criminal denominado Perseguidos por Pablo Escobar (Los Pepes) para acabar con el capo del narcotráfico.
El Instituto de Estudios Políticos de Estados Unidos (IPS), uno de los mas antiguos, progresistas y reconocidos centros de pensamiento norteamericano, en asocio con el gabinete de abogados Brian Gaffney, son las organizaciones que lideran la demanda que se interpuso contra la agencia de inteligencia estadounidense ante la Corte Distrital de Washington.
“En muchos años la CIA no ha querido entregar los documentos necesarios para establecer el tipo de colaboración que el escuadrón de la muerte llamado Los Pepes recibió de los Estados Unidos en el año 1993. Con esta resistencia está violando la ley del Acta para la Libertad de la Información”, explicó Paul Paz y Miño, investigador del IPS, quien está al frente de la investigación para el expediente.
Una historia que se inició ocho años atrás cuando algunas organizaciones no gubernamentales, entre ellas Amnistía Internacional, decidieron indagar sobre las relaciones entre grupos paramilitares de Colombia con agencias de inteligencia del Gobierno colombiano y norteamericano, y que cobró fuerza hacia junio de 2004, a raíz de las múltiples turbulencias en el proceso de paz adelantado por el gobierno con las Auc.
Por eso el Instituto de Estudios Políticos le solicitó a la CIA, y a los departamentos de Justicia, Defensa y de Estado de Estados Unidos, documentos para aclarar muchos acontecimientos que hasta hoy no han sido explicados. Hoy, el IPS está decidido a demostrar que en 1993 la política estadounidense en Colombia era acabar con Pablo Escobar “a cualquier precio” y para ello “se alió perversamente con escuadrones de la muerte”.
Por la transparencia
Según el IPS, “la opinión pública debe saber la actividad completa de la agencia de inteligencia norteamericana, sean torturas, cárceles secretas o alianzas perversas, y se incluyen también las operaciones de la CIA en Colombia en 1993”. Con esta convicción, enfrentan una batalla por la transparencia, aunque algunos expertos en archivos clasificados consideran que será eterna.
“Todo depende de la voluntad que tenga el gobierno estadounidense de ponerse finalmente del lado de los derechos humanos. La información la pedimos aplicando la ley del Acta de Libertad para la Información (FOIA), que se originó bajo el fundamento de que las democracias sólo pueden florecer cuando sus ciudadanos entienden bien lo que hacen sus gobiernos”, insistió Paul Paz y Miño.
En teoría, bajo la citada ley, el IPS debería tener acceso a los documentos desclasificados de las actividades que las agencias de EE.UU. tienen acerca de Los Pepes y las condiciones en que se logró dar de baja a Escobar Gaviria. “La CIA no ha respondido de acuerdo con su responsabilidad normativa, el Departamento de Estado aportó alguna información desclasificada útil y estamos esperando respuesta del Departamento de Defensa. La DEA nos entregó documentos inútiles”.
La demanda instaurada empezó con la CIA, pero la organización IPS está dispuesta a esclarecer la responsabilidad de las diferentes agencias. Inicialmente, la CIA respondió con una lista de documentos, FBIS Foreign Broadcast Information Service, que ya habían sido publicados y que son emitidos diariamente por su oficina de información pública. Es decir, artículos de prensa o transcripciones de radio y televisión que para la investigación son inútiles.
Según explicó Paz y Miño, “dos años después vimos que la única opción era llevar el caso a la Corte Distrital de Washington y reclamar para que se cumplan las leyes”. Y añadió. “Estados Unidos deberá reconocer tarde o temprano cuál fue su colaboración con Los Pepes, que después se convirtieron en parte fundamental de las Autodefensas Unidas de Colombia”. Un caso judicial que apunta a convertirse en el principio del fin de las especulaciones sobre un turbio capítulo de las relaciones bilaterales.
Otras fuentes
El investigador Michel Bowden, en su libro Matando a Pablo, sugirió conexiones entre la CIA y la DEA con el grupo criminal que combatió a Pablo Escobar Gaviria en 1993. También en 1994, en el libro, ¿A quién beneficia la cocaína?, publicado por Tercer Mundo Editores, dos periodistas franceses sostuvieron que la agencia CIA había ayudado a crear el grupo Muerte A Secuestradores (MAS). Incluso llegaron a decir que les enseñó a los carteles a hacer terrorismo.
Posteriormente, diversos documentales sobre Pablo Escobar Gaviria mencionan el tema como una posibilidad, pero hasta la fecha nadie ha mostrado con pruebas ni ha clarificado la naturaleza de los vínculos o las consecuencias que esa forma de operación conjunta trajo para Colombia. “No se puede ignorar que los hermanos Fidel y Carlos Castaño, inmediatamente después de que ayudaron a matar a Escobar Gaviria, dejaron Los Pepes y se convirtieron oficialmente en grupo de autodefensas”.
Es cierto que antes del 1993 había grupos paramilitares en Colombia, pero no estaban tan organizados, es la tesis que pretenden establecer las organizaciones que promueven la investigación. “Nosotros y otras organizaciones afines hemos comenzado a recoger evidencias concretas para esclarecer cuál fue exactamente ese tipo de conexión”, agregó Paz y Miño.
Según sugiere el IPS, “todo indica que el apoyo de la CIA o de las Fuerzas Especiales de Estados Unidos a los grupos paramilitares, fue la herramienta que les permitió consolidarse de una forma que no había sido posible antes. De comprobarse esto jurídicamente Estados Unidos tendría que asumir ante Colombia una nueva responsabilidad”.
Los documentos recogidos por Paz y Miño muestran que, en la tarea de acabar con Pablo Escobar, Estados Unidos identificó a Los Pepes como el grupo más conveniente “pues ya venían trabajando mano a mano con el Bloque de Búsqueda”. Es más, un memorando del Embajador de la época, Morris Busby, demuestra que a pesar de asesinatos de personas muy cercanas a Escobar, como su abogado y respectivo hijo, o de los empleados de su hacienda, Busby seguía pidiendo el apoyo total al Bloque de Búsqueda y a sus medios.
Bajo la ley de los Estados Unidos, cualquiera que sea la causa, es ilegal “aliarse” con grupos criminales y “el tema hasta ahora no ha sido sancionado”, agregó el investigador, quien cree que si se mira la coyuntura actual a través de los documentos recogidos, es urgente conocer cuál fue el lazo real de EE.UU. con los hermanos Castaño y otros miembros de la organización de Los Pepes.
“Nos preguntamos por qué EE.UU. guardó silencio cuando se adelantaba un proceso tan dudoso con estos líderes y además se suspendió su extradición. Creemos que esa tolerancia tiene que ver, entre otras cosas, con las relaciones que establecieron con estos personajes años atrás. Por eso debemos tener acceso a los documentos que la CIA no ha querido entregar. Por ahora, por los documentos que tenemos, sabemos que la CIA y la DEA lograron la ubicación de los líderes del Cartel de Medellín y después esa información llegó a Los Pepes, que actuaron en consecuencia.
Los cientos de papeles que hoy tiene Paz y Miño dejan claro que Los Pepes actuaron sobre pesquisas que tenía esta Agencia o la DEA o la Delta Force, que hace parte del ejército de los EE.UU. “Hemos leído en el libro de Mark Bowden, Matar a Pablo, que la CIA intentó frenar el apoyo al Bloque de Búsqueda, porque, según Bowden, se dieron cuenta de que estaban involucrados en un escuadrón de muerte. Pero, que desgraciadamente, ganó la voluntad de Busby, el entonces embajador, que pidió que la operación siguiera adelante para acabar con el narcotraficante”.
Este es sólo el principio. Paz y Miño señala que está detrás de una información clave e incluso de fotos que demuestran que fracciones de la DEA eran admiradores de Los Pepes. Tenían camisetas alusivas a Los Pepes, aunque al final no les gustó el involucramiento del cartel de Cali. Esto explica por qué Joe Toft, el entonces jefe de la DEA, dio fin a su carrera denunciando la influencia del Cartel de Cali en instancias gubernamentales.
Sin duda, se inicia en la Corte Distrital de Washington una auténtica pelea de “tigre con burro amarrado”. Pero si llega a ganarse el caso, así sea parcialmente, uno de los capítulos más oscuros de la relación Washington-Bogotá dejaría de ser la novela que hoy existe sobre la identidad de los Perseguidos por Pablo Escobar, más conocidos como Los Pepes.
‘Los Pepes’ según ‘Don Berna’ y Castaño
En el libro Mi confesión, escrito por el periodista Mauricio Aranguren Molina, el desaparecido jefe del paramilitarismo Carlos Castaño dedicó un capítulo completo a detallar la lucha que libraron Los Pepes contra Pablo Escobar Gaviria. En el relato participa también Diego Murillo Bejarano, también conocido como Don Berna o Adolfo Paz, uno de los desmovilizados líderes de las autodefensas. Castaño y Don Berna relatan que después del asesinato de Fernando Galeano en la cárcel de La Catedral, a manos de Pablo Escobar, se decidió la creación de Los Pepes.
El escuadrón criminal quedó constituido hacia noviembre de 1992 y la primera reunión se realizó en una casa del barrio El Poblado, con el liderazgo de Fidel y Carlos Castaño, Don Berna y Rodrigo Doble Cero. Don Berna cuenta que se reunió con Rodolfo Ospina Baraya, nieto del ex presidente Mariano Ospina Pérez, y que éste le hizo el contacto con José Santacruz Londoño y los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, porque el Cartel de Cali fue determinante en dinero y contactos para combatir a Escobar Gaviria.
Ya en enero de 1993, relató Carlos Castaño, se adelantó una nueva reunión en Medellín, a la que asistieron políticos, gobernantes, industriales, gerentes de empresas y representantes de narcos. De ahí en adelante comenzaron a actuar Los Pepes. El Bloque de Búsqueda de la Policía asestaba otros golpes con la información de Los Pepes, pero nunca hicieron un operativo conjunto. Según Castaño, Los Pepes participaron en la muerte de por lo menos 30 grandes secuaces de Pablo Escobar.
Don Berna sostiene en el citado libro que en la etapa final de la lucha contra Escobar se hizo amigo de uno de los muchachos que controlaban los equipos de interceptación de llamadas y que con frecuencia acudía a la sede del Bloque de Búsqueda, cerca del estadio Atanasio Girardot. Y se lee: “estaban allí la CIA, la DEA y miembros de las fuerzas especiales de la Marina de los Estados Unidos. Con los que más hablé fue con los hombres de la DEA”. Y concluye el relato: “Días después de la muerte de Escobar comenzaron a buscar a Los Pepes y a mí me dictaron orden de captura por conformación de grupos ilegales”.
[Fuente: El Espectador, Bogotá, Col, 04jun06]
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