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17jul10
Uribe acusó a Venezuela y Chávez amenazó con romper relaciones
El presidente Hugo Chávez amenazó anoche con romper relaciones con Colombia debido a las acusaciones de que en Venezuela hay guerrilleros colombianos y, además, anunció que no asistirá a la asunción de Juan Manuel Santos en Bogotá.
"Si (el presidente Alvaro) Uribe sigue acusándonos, señalándonos sin ningún fundamento (...) si siguen con su locura, yo en las próximas horas voy a romper relaciones con el gobierno de Colombia y eso haría mucho más difícil la restitución de las relaciones con el nuevo gobierno", advirtió Chávez.
"Anuncio, que no voy a asistir a la toma de posesión del nuevo presidente de Colombia. No debo asistir y yo lamento mucho esta situación", dijo en un acto oficial transmitido en cadena de radio y televisión. Chávez señaló, además, que había "considerado" viajar a la asunción como una "señal" para mejorar las relaciones, por ahora 'congeladas', pero lo descartó por considerar que ir a Colombia representa un "riesgo" luego de que el Uribe afirmara que en Venezuela hay jefes de los grupos guerrilleros FARC y ELN. "Uribe es capaz de cualquier cosa en estas últimas horas, en estos últimos días de su gobierno", lanzó Chávez.
A pocas semanas de abandonar el poder, a Uribe parece importarle poco la situación que le deja a Santos -su sucesor y ex su ex ministro de Defensa- respecto de las relaciones diplomáticas con sus vecinos, con la acusación de que en territorio venezolano se esconden, con la anuencia del gobierno de Chávez, líderes de las guerrillas izquierdistas, a los que combatió con eficacia durante sus ocho años de gobierno.
En medio de un creciente clima de tensión, la presidencia colombiana pidió ayer una sesión extraordinaria del consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para "examinar la presencia de terroristas colombianos ubicados en territorio venezolano", según un comunicado oficial en el que, como antecedentes, Bogotá aseguró haber hecho "innumerables esfuerzos fallidos" para pedirle a Chávez que impida la presencia de estos rebeldes en su territorio.
El intento por llevar este tema al organismo hemisferio se dio horas después de que Chávez llamara a consultas a su embajador en Bogotá, Gustavo Márquez, como rechazo a la acusación de Uribe que el viernes encomendó a su actual ministro de Defensa, Gabriel Silva, para que mostrara a los directores de los principales medios de prensa del país fotografías, videos e imágenes satelitales que confirmarían su acusación sobre la presencia de guerrilleros más allá de sus fronteras.
Entre las "evidencias" mostradas por el funcionario de Bogotá, están videos de los jefes rebeldes Iván Márquez -miembro del mando central de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)- y Rodrigo Granda, excarcelado por Uribe en 2008 a pedido del presidente francés Nicolás Sarkozy para que ayudara en la liberación de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, quien estuvo seis años secuestrada en la selva por los insurgentes. También, Timoleón Jiménez, alias Timochenko; y Germán Briceño, alias Grannobles (de las FARC). Asimismo, varios jefes del guevarista Ejército de Liberación Nacional (ELN).
En Caracas, como era de esperarse, la reacción a los señalamientos de Bogotá no tardó. En la mañana de ayer, el canciller venezolano Nicolás Maduro calificó la denuncia como "otra mentira del gobierno de las ollas podridas y los falsos positivos de Uribe -como se le conoce en Colombia al escándalo por el asesinato de civiles a manos de militares para presentarlos como rebeldes- y anunció el llamamiento a consultas de su embajador.
El jefe de la diplomacia caraqueña dijo además que su subordinado "se incorporará en Caracas a la evaluación de una serie de medidas que el gobierno irá tomando en las próximas horas: medidas de carácter político y diplomático", aseveró el canciller Maduro.
"Mucha gente se pregunta hoy qué busca el saliente presidente Uribe con esto", insistió Maduro. La misma pregunta se la hacían en Bogotá analistas y dirigentes políticos en momentos en que, con la elección de Santos como futuro mandatario colombiano, se percibía una distensión en las relaciones bilaterales, rotas por Caracas a raíz de la firma entre Bogotá y Washington de un acuerdo militar que le permite a tropas de ese país la presencia en al menos siete bases.
En un tácito apoyo a su socio privilegiado en la región, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Philip Crowley, respaldó la versión sobre la presencia de rebeldes colombianos en Venezuela con la anuencia de Chávez y dijo que ése es un asunto que "preocupa desde hace tiempo" a la administración del presidente demócrata Barack Obama.
[Fuente: Clarin, Bs As, 17jul10]
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