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21abr06
Paramilitares y complot enturbian relaciones Venezuela - Colombia.
Denuncias sobre la utilización de territorio colombiano para conspirar contra el gobierno venezolano enrarecen hoy los vínculos bilaterales, ya de por si complicados por una enmarañada frontera de más de dos mil kilómetros.
Colombia es considerada por muchos observadores la pieza más factible de una estrategia de Estados Unidos para agredir a Venezuela, tanto por la cercanía como por la concentración de tropas estadounidenses en esa nación.
Frente a ello se opone el muro de contención de una historia común de ambos pueblos y la delicada situación existente en Colombia, donde sus fuerzas armadas son incapaces de derrotar a los grupos insurgentes que controlan parte del país.
Más allá de los análisis, la realidad ha ido creando un clima peligroso en la frontera común, gran parte de ella formada por zonas boscosas y montañosas, en algunos casos de muy difícil acceso.
Cientos de paramilitares colombianos desmovilizados han pasado a incrementar las filas de sicarios, contrabandistas, secuestradores y asaltadores que operan a ambos lados de la frontera amparados por las condiciones geográficas.
En los estados venezolanos cercanos a la frontera se habla hace tiempo de la presencia de esos mercenarios que luego de disfrutar del dinero entregado a cambio de la desmovilización, vuelven a ocuparse de lo que conocen mejor: la violencia.
A esos grupos se les vincula a menudo con los cerca de 200 asesinatos de líderes campesinos e indígenas registrados en los últimos años, atribuidos a sicarios pagados por latifundistas opuestos a la reforma agraria.
Con frecuencia se escucha identificar a los testigos o víctimas de secuestros a los secuestradores como personas con acento colombiano.
Más allá, el factor colombiano ha pasado a ser una pieza aún más peligrosa con las denuncias de su engranaje en planes para asesinar al presidente Hugo Chávez, en los que estarían involucrados funcionarios del país vecino.
Ya agentes del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), de Colombia, fueron vinculados al asesinato del fiscal Danilo Anderson, quien se encargaba de investigar a participantes en el golpe de estado de abril de 2002 contra Chávez.
Más recientemente el ex director de Informática del DAS Rafael García, reveló en entrevista con medios de prensa colombianos la participación de esa institución en un plan para matar a Chávez.
Anteriormente fuentes del gobierno venezolano denunciaron que el crimen de Anderson estaba previsto como el inicio de una serie de asesinatos de personalidades, entre las que estaba el jefe venezolano de Estado.
Ante la magnitud de la denuncia, la Asamblea Nacional (parlamento unicameral) de Venezuela nombró ayer una comisión especial que investigará las imputaciones de magnicidio, con 30 días para presentar un informe preliminar a la plenaria.
En opinión del presidente del parlamento Nicolás Maduro, la denuncia de García vino a ratificar las evidencias de que Colombia es territorio de conspiración contra la independencia de Venezuela.
Según la diputada Iris Varela los recursos bélicos y monetarios que aporta Estados Unidos al Plan Colombia, son utilizados para combatir a los irregulares del vecino país y para atacar el proceso venezolano.
[Fuente: Prensa Latina, Caracas, 21abr06]
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