EQUIPO NIZKOR |
|
04jul10
Las bandas criminales delinquen en 18 departamentos
El flagelo de las "bandas criminales al servicio del narcotráfico" (Bacrin) tiene en estado de alerta a todas las autoridades. Según la Policía Nacional, estos grupos delinquen en por lo menos 18 departamentos y afectan la tranquilidad en unos 158 municipios.
La amenaza no de poco calada, como se evidencia en la cantidad de asesinatos y masacres que están perpetrando, el control creciente sobre actividades del narcotráfico y fenómenos delincuenciales derivados que tienen en muchas zonas del país y la posibilidad de que infiltren instancias de poder político, social e institucionales locales y regionales.
Esta semana, por ejemplo, el Gobierno nacional creó la Comisión Interinstitucional contra esas organizaciones delincuenciales; el Consejo Superior de la Judicatura estableció la figura de jueces de control de garantías con competencia regional y nacional; también fueron designados funcionarios con competencia nacional por parte de la Fiscalía, la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo, la Policía Judicial y DAS… Todo ello con el objeto de combatir a unos grupos criminales que hoy se constituyen en el mayor desafío a las instituciones y la mayor amenaza a la seguridad ciudadana.
Al mismo tiempo, el Consejo Superior de Política Criminal y Penitenciaria, consideró que estas medidas deben ser complementadas a través de urgentes reformas constitucionales y legales que serán presentadas a consideración del Congreso el próximo 20 de Julio.
Insiste el Ejecutivo que es necesario fortalecer la justicia y garantizar la eficacia en la lucha contra las bandas, Para ello es necesario revisar los términos procesales, la creación y adecuación de tipos penales, modificación de penas y limitación a los beneficios penales y el fortalecimiento institucional de las entidades que operan el sistema penal acusatorio.
Según el director de la Policía, general Oscar Naranjo Trujillo, afirmó que el Gobierno nacional también ordenó la creación de comités técnico operativos regionales en las zonas donde las bandas criminales al servicio del narcotráfico vienen afectando a la población.
En el entretanto, la Fuerza Pública incrementó su presencia, especialmente, en el Bajo Cauca antioqueño por la presencia de bandas, especialmente en Caucasia.
"En esta jurisdicción hacen presencia bandas armadas, entre ellas Los Paisas con redes de sicarios que vienen creando zozobra y preocupaciión entre los habitantes de esta vasta jurisdicicón", precisó Naranjo Trujillo.
"Debo decirle al país que desde marzo del 2007 a la fecha, entre todas las autoridades, es decir, entre las Fuerzas Militares, el Cuerpo Técnico de Investigación, el DAS y la Policía Nacional hemos capturado a 9.100 integrantes de bandas criminales en todo el territorio nacional.
Según el director de la Policía, estas "9.100 capturas de integrantes de las bandas criminales en el lapso en mención, significa que en promedio diario de capturas es de 12 a 15 y eso significa que tenemos todo el interés y todo el propósito de no permitir que haya un resurgimiento de grupos armados ilegales patrocinados por el narcotráfico".
"El balance sobre cuántas bandas criminales hay en Colombia (muestran) que de 23 bandas emergentes o bandas criminales al servicio del narcotráfico (que había en el pasado), ahora solo quedan seis de esas organizaciones armadas al margen de la ley", precisó. Se trata de los "Rastrojos", "Urabeños", "Paisas", "Machos", "Renacer" y "Ejército Popular Antiterrorista de Colombia (Erpac)".
Fusión
Como bien lo recordara esta semana una nota editorial de este Diario, desde comienzos de 2008 muchas instituciones públicas, privadas y organizaciones no gubernamentales y de defensa de los derechos humanos venían advirtiendo mes tras mes que el reciclaje de algunas facciones paramilitares que no entraron en el proceso de paz y el rearme de otras que se suponía desmovilizadas, estaban dando lugar a pequeños ejércitos que, lejos de tener un perfil antisubversivo, eran organizaciones claramente al servicio de los carteles del narcotráfico, no sólo de aquellos existentes de tiempo atrás sino de otros grupos que se fortalecieron en los últimos dos años a medida que los capos y lugartenientes más importantes fueron capturados, abatidos por las autoridades, asesinados por otros sectores del hampa o, incluso, optaron por entregarse a las autoridades estadounidenses para negociar bajas penas a cambio de delaciones, información sobre rutas y entrega de millonarios bienes mal habidos.
Agregó la nota editorial que aunque el Gobierno atendió esas alertas tempranas e implementó estrategias para afrontar el desafío de las Bacrin, las medidas adoptadas terminaron siendo insuficientes debido al crecimiento y mutación rápida de esas organizaciones delincuenciales, que poco a poco pasaron de centrarse exclusivamente en el narcotráfico a controlar todo el espectro ilegal derivado de la producción, comercio y venta de estupefacientes. Así, poco a poco esas bandas criminales empezaron a ganar, a sangre y fuego, control territorial sobre redes de extorsión, apuestas ilegales, centros de prostitución y rutas de contrabando, al tiempo que 'reclutaron' pandillas y grupos sicariales en ciudades como Medellín, Cali, Buenaventura… En cuestión de pocos meses lo que se pensó era un flagelo delincuencial localizado en algunos departamentos se extendió, como un cáncer en metástasis, a todo el país, desatando una disparada en el índice de homicidios, extorsiones, desplazamiento forzado de población y hasta de masacres derivadas de 'ajustes de cuentas' o 'peleas por control territorial'.
De otro lado, las investigaciones de las autoridades ya tienen claro que las llamadas bandas emergentes o Bacrin se fusionaron, al parecer, para concentrar un mayor poder y evadir el accionar de las autoridades.
Como se dijo, en el 2006 fueron detectadas 33 bandas emergentes y ya en el 2007 solo quedaban 23. Sin embargo, en los últimos dos años se registró la fusión de esas redes criminales en solo seis estructuras.
"Los servicios de Inteligencia calculan que las seis estructuras armadas de las Bacrin cuentan con un promedio de 3.750 integrantes, 2.579 armados y 1.170 miembros de las llamadas redes urbanas o miembros de apoyo e inteligencia", señaló uno de los investigadores de la Fuerza Pública a el Nuevo Siglo.
Entre las fusiones, insistió la fuente, se encuentran las bandas conocidas como "Nueva Generación" y "Magdalena Medio" que se integraron a las estructuras de "Los Rastrojos", "Los Urabeños" y "Los Paisas".
Desde hace tres años está claro que estas organizaciones delincuenciales están integradas mayoritariamente por facciones paramilitares que no se acogieron a proceso de desmovilización y nuevos integrantes que han sido reclutados entre los que sí se desarmados.
"Existe preocupación por el continuo accionar de estas disminuidas redes que pretenden reorganizarse en algunas regiones del país, especialmente, con el reclutamiento de desmovilizados de las AUC, de desplazados por la violencia y desempleados", precisó una fuente policial.
"Los rastrojos"
Según la Policía, una de las bandas emergentes más fuertes es la "Los rastrojos", que han sido duramente golpeados en las últimas semanas en los departamentos de Antioquia, Cauca y Valle del Cauca, especialmente, con la captura de por lo menos 30 de sus cabecillas que tenían bajo su mando a unos doscientos delincuentes.
Naranjo Trujillo explicó, por ejemplo, que en la semana que termina "Los Rastrojos" fueron golpeados al ser capturados 14 de sus máximos cabecillas en el norte del Valle del Cauca.
Entre esos cabecillas se encuentran Fabián Duque Ospina, alias Vicente y José Antonio Mosquera Valencia, alias Joselito, señalados como dos de los principales generadores de corrupción y de violencia en las entidades públicas del Valle del Cauca.
Vicente, según las autoridades, era el principal lugarteniente de los hermanos "Comba", especialmente en Tulúa, el Dovio, Riofrío, Trujillo y Calima.
De acuerdo con la Policía, "Los Rastrojos" llevan a cabo actividades de sicariato, extorsión, custodia de cultivos ilícitos, distribución de alucinógenos, control de "ollas" y maniobras para corrupción a servidores públicos.
Se calcula que este grupo criminal es el responsable del sesenta por ciento de los homicidios en el norte del Valle del Cauca y, además, tenían bajo su dominio 900 hectáreas de hoja de coca.
Incautaciones
La Dirección de Carabineros de la Policía Nacional, a cargo del general Santiago Parra Rubiano, que se encarga directamente de combatir a las bandas emergentes reveló a el Nuevo Siglo que desde el primero de enero a la fecha han sido capturados 1.209 miembros de esas redes armadas.
Entre los capturados se encuentran 163 desmovilizados de las llamadas "Autodefensas Unidas de Colombia" (Auc) y de las "Autodefensas Campesinas del Casanare". Este año han sido abatidos siete miembros de esas redes, al tiempo que se registró la desmovilización de uno de sus activistas.
Durante esas operaciones los efectivos de la Policía de Carabineros han decomisado 343 armas largas, en su mayoría fusiles; 399 armas cortas entre pistolas y revólveres y 18 armas de apoyo, entre ametralladoras y lanzadores múltiples de granada, MGL. Igualmente, se incautaron 3.713 kilos de cocaína.
Las estadísticas de la Dirección de Carabineros señalan que en 2009 en las zonas de influencia de las seis bandas emergentes se registraron 2.236 homicidios y en lo que va de corrido el 2010 se han presentado 1.957 crímenes.
Problema complejo
El combate a las Bacrin es más complejo aún por sus alianzas con la guerrilla para operaciones de narcotráfico.
En mayo pasado, por ejemplo, el jefe de la misión de la OEA de apoyo al proceso de paz de Colombia con los paramilitares, el argentino Marcelo Álvarez, denunció esas alianzas. "Hemos observado alianzas en términos de economías ilícitas y no enfrentamientos entre las bandas emergentes y las Farc", dijo Álvarez a un periódico colombiano.
Explicó que se trata de alianzas "coyunturales en términos de narcotráfico y, de otro lado, pactos de no agresión y delimitación de zonas de control de cultivos" ilícitos. Dijo que esos pactos se daban especialmente en Meta, Chocó, sur de Bolívar y Córdoba y en el suroccidente del país.
En abril pasado, de otra parte, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) al tiempo que alertó sobre un fortalecimiento de las Farc, indicó que los grupos paramilitares que fueron desmovilizados a partir de 2006, han resurgido como "bandas criminales" y "hoy se les llaman "Bacrin".
Christophe Beney, jefe de delegación del CICR en Colombia, indicó que con esta denominación de Bacrin se "califica a una parte de esos grupos que se han fusionado y hoy representan de nuevo un elemento bastante importante de la situación de violencia y conflicto en Colombia".
Puntualizó que respecto a este problema incluso "el gobierno lo reconoce de manera muy clara y evidente, más que hace 6 meses o un año".
Tanto Naciones Unidas como varias ONG nacionales e internacionales han denunciado la creciente y cruenta actividad de estos grupos delincuenciales. Por ejemplo, Human Rights Watch (HRW) advirtió sobre "graves violaciones" a los derechos humanos por grupos "herederos" de paramilitares.
Estos grupos serían los principales responsables de "abusos graves y generalizados" contra la población civil, los defensores de derechos humanos y los dirigentes sindicales, según HRW. El director de esa ONG para las Américas José Miguel Vivanco, sostuvo que en los grupos sucesores, que las autoridades colombianas llaman "nuevas bandas criminales", "casi todos sus líderes eran mandos medios de la Auc que no se desmovilizaron o cometieron fraude con ese proceso".
El problema de las Bacrin ha llegado a tal punto que incluso se recuerda la polémica que se generó en febrero pasado cuando la Iglesia colombiana dijo haber sido autorizada por el Ejecutivo para mediar entre las bandas criminales para que inicien un diálogo que los lleve a someterse a la justicia.
Según el obispo de Montería, monseñor Julio César Vidal, "ellos están dispuestos a iniciar un acercamiento con cese de hostilidades y también con diálogo…". El presidente Uribe confirmó posteriormente la declaración del jerarca católico, pero advirtió que esa autorización tiene como único fin que los miembros de esas bandas se sometan a la justicia.
El obispo indicó que los acercamientos se habían desarrollado principalmente con "Los Rastrojos" y "Los Paisas". Sin embargo, en medio de la controversia la Casa de Nariño prácticamente se echó para atrás en la autorización a la Iglesia y cerró cualquier posibilidad de diálogo con esos grupos.
[Fuente: El Nuevo Siglo, Bogotá, 04jul10]
Inteligencia militar y paramilitarismo
This document has been published on 19Jul10 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |