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28ago14
El Gobierno brasileño aleja el fantasma del racionamiento energético
Brasil no implementará más programas de racionamiento de energía, según afirmó Eison Lobão, titular del Ministerio de Minas y Energía, durante el acto celebrado en la Agencia Nacional de Energia Eléctrica (Aneel).
"No hubo y, con la ayuda de Dios, nunca más habrá racionamiento en este país", declaró Lobão durante la ceremonia celebrada en Brasilia en la que fueron presentados los nuevos directores de Aneel, la agencia estatal brasileña que regula la producción, transmisión y comercialización de energía eléctrica en el gigante latinoamericano.
Las palabras del ministro despejan la incertidumbre que Brasil vive desde principios de año debido a la escasez de agua que afecta a varias regiones del país, entre las que se incluyen São Paulo y Río de Janeiro, en un país donde más de dos tercios de la energía eléctrica es producida en represas hidroeléctricas.
El ministro criticó a los analistas de grandes fondos de inversión y entidades financieras que aseguraron que el Gobierno brasileño se vería obligado a racionar el consumo de electricidad debido a que algunas de las principales represas del país están agotando sus últimas reservas de agua y los pronósticos meteorológicos no prevén grandes lluvias hasta noviembre.
"Felizmente no se confirmaron (los pronósticos) ante la robustez y la eficiencia del sistema (eléctrico)", declaró Lobão acerca de "ciertos analistas que se apresuran en hacer diagnósticos".
El ministro de Minas y Energía también aprovechó la ocasión para negar un reajuste anual al alza de hasta el 30% en el precio de la factura eléctrica, tal y como estimaron a principios de mes varias consultoras privadas especializadas en el ámbito energético. "El impacto será infinitamente menor", afirmó Lobão, quien defendió la previsión del Ministerio que dirige y que sitúa en el 2,6% el aumento del precio de la luz en 2014.
Brasil registró varios cortes en el suministro eléctrico entre los años 2001 y 2002, cuando la escasez de precipitaciones y la debilidad de las inversiones públicas en infraestructura hidroeléctrica condujeron al país hacia una crisis energética.
El coste energético del gigante latinoamericano aumentó en los últimos meses de forma progresiva debido a que, ante la escasez de agua en las represas hidroeléctricas, el Ejecutivo de Dilma Rousseff decidió aumentar la actividad de las centrales termoeléctricas, cuyos costes de producción son más elevados debido a que funcionan con petróleo y gas natural.
Otra de las medidas del Gobierno brasileño para reducir su dependencia de las hidroeléctricas es la apuesta por otras fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica. Un estudio publicado este martes afirmó que Brasil, la mayor economía de América Latina, producirá el 11% de su energía con viento antes de 2024.
[Fuente: Ria Novosti, Río de Janeiro, 28ago14]
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